DOMINGO SAVIO

El siguiente relato sobre Domingo Savio nos permite de nuevo verle como modelo a seguir de atención a los demás.
Un día llegó al Oratorio un joven de 15 años llamado Camilo Gavio. Los primeros días no conocía a nadie y comenzó a estar solo y sentirse triste. Dándose cuenta de ello Domingo Savio se le acercó y le invitó a pertenecer a su grupo y a seguir su estilo de vida, que era procurar la santidad. Camilo agradeció la invitación, pero quedó desconcertado, por eso le dijo:
–Domingo, lo que me propones me agrada, pero no sé cómo actuar.
–No te preocupes, es muy fácil, te lo diré en dos palabras: aquí hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres. Nosotros procuramos evitar todos los comportamientos negativos que roban la paz del corazón. Desde aquel día Domingo Savio y Camilo fueron grandes amigos, y éste no volvió a estar solo.
 Como Domingo Savio y como a tantos cristianos, somos llamados por Dios Padre y María a ser buenos con los demás y ser la mano amiga que despierte los corazones apagados de las personas que nos rodean.